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Monodrama en el Festival de Jazz de Madrd 2018

Nov 27, 2018 | Entrevistas | 0 comentarios

El pasado viernes 9 de noviembre en el Auditorio de Conde Duque, sede del Festival de Jazz de Madrid 2018, se presentó una de las propuestas más interesantes de la escena madrileña. MONODRAMA. Un trio formado por tres músicos con un contrastado talento que fue seleccionado para una de las nuevas Residencias Artísticas de proyectos de Jazz. Unas residencias que arrancan en 2018 y que ofrecen una breve estancia en el citado centro cultural y la posterior muestra de su trabajo en el marco del Festival:

La primera edición de este programa busca reforzar la oferta de residencias y espacios de trabajo, así como aumentar los recursos y el acompañamiento institucional para grupos o artistas emergentes. Todo ello con el fin de facilitar y fomentar la producción y visibilidad de la creación musical.

Se ofertaron dos modalidades, una para autores sin limitación de edad  y otra para creadores menores de 35 años adjudicada a AgusFulka que también pasó por el escenario de Conde Duque.

Quizá no fue el evento más lucido de JazzMadrid18 pero creo que iniciativas como esta solo aportan valor, en el mejor de los sentidos. Para mi, sin duda, uno de los aciertos más destacados de la presente edición. Podemos discutir, si quieren, si les gusta más el traje azul o el verde, si es mejor una talla más o una menos, pero es un hecho que las Residencias Artísticas de Conde Duque suponen una nueva vía y generan nuevas oportunidades para las bandas de la escena y sientan un precedente para futuras ediciones.

Charlamos con Mauricio Gómez, saxofonista del trío MONODRAMA, sobre su paso por el Festival y la Residencia, la escena, la cultura…

Festival de Jazz de Madrid y la residencia en conde duque

Para nosotros ha sido una buena oportunidad para tocar en el Festival y conseguir un poco de promoción y repercusión que es lo más importante. Para proyectos como el nuestro apenas hay visibilidad. Pablo Sanz ha sido quien más nos ha ayudado, esta ha sido una muy buena oportunidad para nosotros. Nuestro objetivo era componer, grabar música (nuevas composiciones) y poder ensayar los nuevos temas y algunas canciones del nuevo disco que ya teníamos casi a punto. Vino mucha gente a vernos y el balance es positivo.

La residencia consistía en poder trabajar durante 15 días en un espacio habilitado, el propio auditorio de Conde Duque, con un piano y todo el equipo de sonido. Teniamos disponible el auditorio todo el día compartido con Agus, la otra propuesta seleccionada en la residencia.

Nosotros lo que hicimos fue trabajar algunas ideas nuevas que teníamos y otras pendientes del disco anterior que han tomado forma con esta oportunidad. Han sido seis o siete temas que aprovechamos para grabar. Todo este trabajo se solapó con la propia presentación del nuevo disco y trabajamos con todas esas ideas.

Echamos en falta, en cuanto a la residencia, quizá un poco de seguimiento de la propuesta y los vínculos con residencias de otras disciplinas que conviven en Conde Duque, de danza o teatro. Nos hubiera gustado un enfoque quizá un poco más global (multidisciplinar) de lo que es una propuesta artística.

Sinceramente creo que estáis por encima del nivel medio de bandas del festival. Y me sorprendió un poco cuando os presentaron como si fuerais una banda novel ¿Sois unos chicos jóvenes con mucha ilusión?

La gente presupone que quizá las propuestas novedosas corresponden solo a gente joven y bueno algunos no lo somos tanto pero sí que generamos propuestas nuevas. Puede que tenga que ver con un estereotipo y no está mal tratar de romperlo, está claro que hay gente más mayor que defiende propuestas novedosas y arriesgadas.

¿se valora igual a los músicos de fuera que a los de Madrid?

No, pero eso sucede en todas partes yo creo, los músicos que son referentes para nosotros, que son de otra liga, muy por encima de nuestra realidad musical, en muchos casos en los sitios donde tocan o viven son otro músico más. Algunos de los músicos que admiramos y que conocemos en New York (u otras ciudades) hacen conciertos allí ,desgraciadamente, por cachés muy bajos, en muchos casos. Realmente viven de las giras europeas, pues se les valora más en Europa que en su propio país. Quizá lo de no ser profeta en tu tierra se cumple tanto allí como aquí, salvando las distancias. Entiendo como funcionan las cosas y es normal que haya cierto desconocimiento sobre nuestro proyecto, no pasa nada.

El Jazz, como yo lo percibo, es potencialmente fraternidad, con la gente que viene a verte y con los compañeros/as con los que tocas.

No se trata de hacer una crítica gratuita al Festival de Jazz de Madrid, porque realmente creo que Luis Martín, y todo su equipo, están haciendo una labor estupenda y el festival ha crecido mucho en poco tiempo, pero yo creo que aún queda mucho por hacer ¿no?

No está sucediendo en Madrid algo que no pase en otras grandes ciudades europeas. Ahora en Madrid hay más músicos, el nivel ha subido y tenemos más propuestas interesantes, aunque esto no va a la par de la audiencia. Eso es un hecho, pero no pasa nada, es comprensible por la realidad en la que vivimos.
Si vas a Basilea, Ginebra o Amsterdam, allí sí que hay una audiencia. Por una cuestión estructural de educación entre otras cosas. Madrid es una ciudad en la que a pesar de que se genera mucha cultura no hay una audiencia que esté a la altura de lo que se espera. Cuando digo estar a la altura no quiero menospreciar a nadie, solamente señalar que el público medio no tiene hábito de ir a cierto tipo de espectáculos. Sí que vamos al teatro pero vamos a ver monólogos. La danza por ejemplo es como si no existiera, a pesar de haber grandes compañías y ciclos, es una gran desconocida para el público.

Os habéis formado en España y fuera de España, ¿realmente ha habido un cambio en Madrid?

Yo creo que a pesar de todo Madrid está por encima de muchas otras ciudades importantes a la hora de vivir. Lo que sucede es que si tu eres músico y se cumplen unos mínimos de calidad, una ciudad como esta tiene mucho más atractivo que otras, por el clima, por la gente, por la vida nocturna… Si te dedicas al Jazz ese es un poco tu hábitat y aquí se vive bien. Se dan ciertas condiciones que facilitan un cambio y que pasen cosas.

Realmente hay gente que toca bien en todas partes, hay gente con proyectos increíbles en todas partes, no solo en grandes ciudades. Está subiendo el nivel y hay más músicos sí, pero aún queda mucho. Y sobre todo desde el punto de vista de la promoción de la cultura.
Por ejemplo durante el tiempo en el que estuve en Holanda se veía muy claro que había unas estructuras culturales que en Madrid aún no existen. Es cierto que tenemos un Festival de Jazz de Madrid muy potente y seguramente sea lo más destacado, pero en Holanda, independientemente de la época del año, la gente va a los conciertos de Jazz, o de música clásica, durante todo el año.

El otro día me pasó una cosa curiosa, estuve viendo a Mary Halvorson en CentroCentro, dentro del Festival de Jazz (el concierto estuvo muy bien) y una señora muy simpática me preguntó si era músico al ver que llevaba un instrumento a la espalda, y me dijo:

– ¿Qué instrumento es ese que toca esa mujer (Susan Alcorn)?
(era un pedal steel guitar) Nunca lo había oído porque no conocía a la banda, no sabía lo que iba ver.

Y claro Mary Halvorson es una artista, a mi parecer, poco accesible por su tipo de propuesta, pero esta señora me dijo que no la conocía, que simplemente vio el anuncio del concierto y vino a verlo, lo cual es maravilloso. Y a la vez un poco excepcional.
Quizá con un poquito más de promoción podriamos conseguir que más gente como esta señora se acerque y venga a los conciertos. Ese tipo de apoyo es el que nos hace falta porque propuestas y proyectos de calidad si que hay.
Tampoco creo, por otro lado, que lo que esté pasando en Madrid sea una explosión de Jazz pero es ilusionante el cambio que ha habido de unos años hasta hoy y creo que en el futuro cercano vamos a ver un cambio sustancial en Madrid.

Sobre Monodrama

Yo me formé aquí en Madrid en el R.C.S.M.M (clásico) y luego me fui a estudiar a Holanda (CODARTS), Conocí a David Sancho en Madrid, siendo más jóvenes, hace años ya. Y en Holanda coincidimos los dos y vivimos juntos, ensayamos juntos. David se compró un pequeño sinte para tocar con la mano izquierda y hacer de bajista, y lo que nos faltaba era un batería para empezar a funcionar. A Alberto lo conocemos desde hace más de 15 años, es de Móstoles como yo y David de Vallecas.

Y lo de Alberto es curioso porque él es completamente autodidacta, si hubiera querido ser ingeniero aeronáutico lo hubiera podido ser. Es un tipo brillante, muy inteligente y muy exigente.
Volví de Holanda en 2011-12 y en 2014 ya estábamos tocando, nuestro primer disco es de 2015.

 

MONODRAMA en el Festival de Jazz de Madrid 2018

¿Cómo es vuestra música?

La música que hacemos es bastante convencional, no es vanguardia ni mucho menos, ni música especialmente compleja comparada con otras música que me gustan y que escucho… En cuanto a etiquetas, nos gustan tantas músicas que no nos molestamos en pensar en definiciones. Estamos más a la tarea de componer, ensayar y tocar que en la de teorizar o recapacitar sobre nuestro trabajo.

La música es un lenguaje en sí mismo, incluso ponerle título a los temas me parece una broma, me gustan mucho los juegos de palabras tontos pero realmente no veo una conexión directa entre el fondo y la forma. Yo me emociono con la música desde los dos planos, como músico y como oyente, y de verdad no veo que haya esa dicótoma de cuerpo-mente, no necesito ni que sea todo teórico, ni que sea todo emocional, me gusta que se mezclen las dos cosas. Hay gente que quizá necesita una explicación y puede que no necesariamente la haya porque seguramente sería teórica.

Siempre hay algo que viene de la música y que no está en lo que dices o haces, solo está en la música, y para saber qué es tienes que escucharla, nada más.

¿Puede ser útil, o no, darle un gancho al espectador para contextualizar lo que está viendo (Jazz contemporáneo)?

La percepción de cada uno es subjetiva, yo le puedo contar a alguien de qué va o qué me inspira hacer lo que hago pero eso a lo mejor no se refleja en lo que el/ella percibe. Lo que si puede atrapar es poder tocar y que la gente estuviera cerca de la banda, del sonido, de lo que está pasando. Poder tocar en sitios donde la gente estuviera cerca de los músicos y poder escuchar directamente lo que sale de la forma más directa posible. Eso yo creo que te desarma, o eso me pasaba a mi de pequeño, me flipaba. Eso es lo que ayuda a establecer el vínculo que de verdad establece la música. Algo más fraternal sin palabras, que te permita sintonizar con la gente sin que tengas que decir nada o explicar nada, tu puedes sacar tus propias lecturas.
El otro día una amiga me decía después del concierto:

… es que esta música sería ideal para hacer una banda sonora. Y yo le contesté, no me digas eso… (risas)

La entendí perfectamente porque, claro, puedes ser programático y diseñar un espacio emocional y pensar, esto me parece triste, o esto me parece lo que sea, pero es que la música para mí habla por sí misma.

…ponerle título a los temas me parece una broma… ¿Cómo lo harías si tuvieras un cheque en blanco?

Una pista entera sin título y sin cortes, eso me encanta. Ya hay gente que lo hace y solo aparece la duración del tema. También depende de qué música hagas.
Para mi las ideas que surgen en lo que hacemos vienen de la práctica y del estudio personal de cada uno, con sus líneas de investigación propias, que ponemos en común en cada ensayo. De pronto tienes algo que puede evocar cierto tipo de cosas, cierto tipo de emociones, pero a la vez yo veo que hay una trampa. Personalmente creo que suele haber una pompa o un contenido que realmente no está ahí, no está en lo explícito (aunque la música lo es, explícita) o en lo que se ve solo en la superficie. Siempre hay algo que viene de la música y que no está en lo que dices o haces, solo está en la música, y para saber qué es tienes que escucharla, nada más. Pero reconozco que yo también me pillo en esa trampa continuamente.
Muchos de los códigos que se han establecido en la música, por ejemplo las melodías o la forma de un tema, sirven para que la gente pueda reconocer estructuras y pueda hacerlas suyas. Son elementos que sirven de ayuda para que el oyente se pueda ubicar, digamos, y no pierda el hilo y la atención.
Aunque la música en realidad es pura abstracción, ha tardado mucho en liberarse de eso (de los codigos establecidos). Hay muchas vanguardias pictóricas, por ejemplo, que fueron por delante de estas cosas. Un ejemplo es Morton Feldman, compositor americano, es uno de los artistas que rompió con la forma en la música inspirado por movimientos que venían desde el mundo de la pintura, autores como Rothko. Y Feldman hablaba de cosas así como la trampa de la forma o la melodía.

David Sancho y Mauricio Gomez, MONODRAMA, en JazzMadrid18

¿Hay alguna conexión con el Free Jazz?

Seguro, pero el planteamiento del Free era más inocente, cuando escuchabas a Ornette Coleman había estructuras muy tradicionales aunque no lo pareciese, en su primera época las melodías eran muy «puras» muy enlazadas con la tradición, muy blues, etc. Pero era el mismo proceder que otras músicas más convencionales. Había una melodía, un solo, otra melodía y chim pum. Realmente no era free, si quieres hacer free tiene que ser todo, la forma, la melodía… Y suceden otras otras cosas. Algo realmente free debería deshacerse de la melodía, la forma, el tempo… tal vez sea una utopía musical.
Yo creo que el Free Jazz empezó un camino que luego ha derivado en la música improvisada que creo que se acerca más a algo realmente libre desde un punto de vista musical. También está muy bien tener un pie en cada sitio, la cosa no consiste en ser completamente radical.

¿Cual es el camino de MONODRAMA? Mi sensación es que la banda está muy compactada y cada uno aportáis cosas diferentes.

Yo escribo algunas ideas, bosquejos o a veces temas casi cerrados, pero luego las composiciones toman forma con el trabajo del trío. Alberto aporta, y mucho, en cuanto al estilo y la dirección de los temas. Ayuda mucho a que haya transiciones y muchos matices en cada parte de cada tema, es un músico muy asertivo tocando y tiene mucha energía. David Sancho es el pilar sobre el que orbitamos Alberto y yo. Sin su aportación la banda no sería posible. A nivel sonoro Sancho aporta timbres y colores siempre interesantes. Es un músico genial conectado siempre con lo que toca en todo momento. Yo creo que está bastante equilibrado el trabajo de cada uno en el trío, y eso es lo que realmente me interesa. Funcionamos como un todo.
Nuestra idea es esa precisamente, conseguir cierto equilibrio, que realmente haya una sinergia y que no parezca que es un trío en el sentido tradicional sino una algo más redondo, más compacto.

¿cómo son las composiciones de MONODRAMA, hay mucha improvisación o está todo escrito?

A mi me gusta que no se sepa, por la propia naturaleza de las melodías, no saber cuando se está improvisando y cuando se está leyendo, porque ese caos que de repente converge a mi me gusta mucho. En Monodrama hay muchas partes improvisadas pero también hay mucha música escrita. Hay temas en los que puede ser más o menos obvio cuando se improvisa, y cuando no, pero también hay muchas transiciones, muchas secciones en las que no está claro si es un solo o no lo es.

La escena de Madrid

¿Hay escena de Jazz Contemporáneo en Madrid?

Sí, hay una escena de Jazz Contemporáneo…
Desde luego nosotros estamos un poco fuera de onda. No hay muchos referentes y es verdad que estamos un poco aislados. Proyectos como La Resistencia Jazz Ensemble, Monodrama o todas las bandas afines que están surgiendo, bebemos un poco de las fuentes de fuera que son más comunes en otras ciudades o países.
Estamos evangelizando un poco… (risas). A mi me encantaría tocar en muchos más sitios y que a la gente le gustara lo que hacemos pero tampoco puedes pensar que vas a llenar salas grandes. Yo quiero pensar que todas las bandas que están proponiendo música de este tipo, aunque sea de forma deficitaria, si aun así siguen en pie, espero que eso pueda construir un futuro.

Alberto Brenes, MONODRAMA, en JazzMadrid18

Que la gente conozca a más músicos, que venga gente de fuera de Madrid o de España, establecer lazos con otras escenas y/o músicos/as de donde sea, y que exista más oferta, más música creativa, más garitos que se arriesguen y programen, etc.
La realidad es que hacemos música minoritaria. Para mi se trata de intentar hacer cosas que sumen en nuestra parcela, y eso es lo que podemos aportar. Propuestas no solo para nosotros mismos sino también para el público, para que lo pueda disfrutar y establecer esos vínculos de fraternidad con la audiencia y con los músicos también.
Poner nuestro granito de arena. La gente cree que la música que hacemos tiene ese punto elitista, de ego, y para nada es así. El Jazz, como yo lo percibo, es potencialmente fraternidad con la gente que viene a verte y con los compañeros/as con los que tocas.

 

MONODRAMA:
Bandcamp  //  Soundcloud //  Youtube  //  Instagram

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Sobre el autor

Dani

Sociólogo, con cierta afinidad por la tecnología, usuario de software libre y amante de la música, la cultura y las buenas relaciones sociales. A veces me llaman lanide.

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