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Elijan su lugar. Sobre música, Jazz, y lo que hacemos con la cultura.

Dic 5, 2016 | Noticias | 0 comentarios

Cerramos cinco semanas de Festival de Jazz de Madrid con uno de los grandes, el contrabajista Javier Colina (tampoco le hizo ascos al acordeón) que reunió a varios de los habituales en sus formaciones. En el quinteto Pablo Gutiérrez al piano, Daniel García en la batería, Moisés Porro en la percusión, Ariel Bringuez al saxo y Jerry González, como invitado, a la trompeta. En el trío Josemi Carmona a la guitarra y Bandolero a la percusión.

Me gusta citar a todos los componentes de las bandas siempre que puedo por varios motivos. Primero por simple reconocimiento hacia los músicos, también porque en ocasiones, y más en una música como el jazz, no siempre el líder de la banda es el más interesante. No sucede con Javier Colina que es una excepción pero Ariel Bringuez, por ejemplo, es el único músico que ha tocado cuatro veces en el festival en cuatro formaciones diferentes (con Pablo Martín Caminero, Luis Verde, Marta Sánchez y Javier Colina) y en ninguna como líder. Daniel García Bruno es un batería al que cualquier aficionado al jazz conoce porque está en todas partes, ha tocado, literalmente, con todo el mundo. Y el caso es que por su nombre poca gente sabría a quién nos referimos exactamente. Pablo Gutiérrez se prodiga menos en clubes pero desde sus inicios con Larry Martin a su llegada a Madrid, no ha tardado mucho en estar al nivel de los más grandes.

Y tampoco está de más, por otro lado, que suenen ciertos nombres y ampliemos un poco nuestra cultura musical.

Parece que este año JazzMadrid16 ha dejado huella. Cuantitativa y cualitativamente y eso hay que agradecerlo. La difusión, el soporte del Ayuntamiento (pantallas, banderolas, publicidad en webs o Spotify, creo que radio también, cartelería, programas de mano, etc. Parecen detalles sin importancia pero recuerdo algún concierto de pasadas ediciones de JazzMadrid en el que ni siquiera había un cartel), los conciertos de Cervezas Alhambra (con Raúl Márquez) y una muestra del fotógrafo Jaime Massieu, una pequeña exposición en Conde Duque, Jazz con Sabor a Club junto con La Noche en Vivo y el apoyo a las salas, que no es algo nuevo pero también suma, etc. Es bueno para todos, para la ciudad, para los músicos, para los aficionados. Y creo que uno de los principales objetivos de un festival del calibre de JazzMadrid es, entre otras cosas, visibilizar la escena musical. Este año más que otros, lo han conseguido.

Desde el plano nacional Javier Colina, Luis Verde, Pablo Martín Caminero, Marta Sánchez, Giulia Valle, Kontxi Lorente, Ximo Tebar, O Sister!, Niño Josele, Creativa Junior Big Band, Amaniel Big Band, además de todas las bandas que han pasado por los clubes durante estas cinco semanas dentro del paraguas de JazzMadrid16. Hay más pero creo que puede ser representativo la verdad.

La otra pata del Festival, la de recoger el abanico de diversidad que forma parte del Jazz y estilos afines que recorren el resto del mapa también tuvo una notable representación. Hiromi, Corey Harris, Aziza, Markus Stockhausen & Florian Weber, Charles Lloyd, Stanley Clarke, John Scofield, Marc Copland & John Abercrombie, Christian Scott, etc. Seguro que se puede afinar un poco más, no digo que no, pero creo que no estamos en esas todavía.

Fotos: © Álvaro López del Cerro / Madrid Destino

 

Dicho esto, no hay que olvidarse que la escena se ha ido construyendo desde hace años en la calle, en los clubes, en las escuelas de música y por vías ajenas a las instituciones. Hay un caldo de cultivo muy interesante en la ciudad, muchos músicos a un gran nivel y muchas influencias muy potentes que se quieren parecer a esas que en otro tiempo llamaron de «ida y vuelta». No quiero decir que los festivales no sumen sino que han podido hacerlo mucho mejor. Sea como fuere es un hecho que desde hace unos años Madrid luce bien en lo que a Jazz se refiere.

Además hace unos días publicaban la apertura del Only You Hotel Atocha con una propuesta de cuatro meses en la que el mítico club Blue Note de Nueva York aterriza en Madrid (donde podrán escuchar a Juan Sebastián Vázquez junto a Dani García y Francisco Manuel Loque). Algo debe estar pasando.

Lo digo porque aún así las dificultades son obvias (no solo por hechos como la reciente aparición de un Sindicato de músicos interpretes y compositoras por ejemplo), no hay más que preguntarle a cualquier músico cómo vive. A pesar de la realidad cotidiana y el ninguneo hacia el mundo de la música, de la cultura, a pesar de la crisis, a pasar de los pesares, tenemos una escena completamente espectacular, varios clubes con una trayectoria más que notable y otros que van camino de ello, Jams Sessions prácticamente de lunes a domingo, también varias de Blues, pero con conciertos todo el año a precios irrisorios, con entradas anticipadas aun más baratas y promociones para las 20 primeras compras por dos euros menos. Big Bands de 20 músicos en un escenario por menos de lo que valen dos copas. Profesores de las escuelas más potentes de jazz nacionales pasando aprietos para llenar salas de 100 personas, etc. Y es curioso cómo al terminar el concierto de Javier Colina (quien dice Javier Colina puede decir Guillermo McGill o Israel Sandoval), la gente se levantó como un resorte para aplaudir con un entusiasmo pocas veces visto. Colina insistió en dar las gracias al público solo por asistir al concierto un miércoles a las 19’30h de la tarde. Lo que quiero decir es que algo estamos haciendo mal, sin ninguna duda.

Tampoco digo que yo tenga la clave del dilema en cuestión, sino supongo que no estaría utilizando este foro. Lo que si puedo decir es que el público babearía si vieran tocar a Bob Sands y su Big Band en un entorno adecuado, sin ninguna duda, y de hecho lo hicieron con Luis Verde o con O Sister!, pero más allá de la posible oportunidad que brinda El Festival de Jazz de Madrid a unos pocos (decía Javier Colina que en esta edición incluso sin pagar) el «día a día» es otra cosa y es una pena que volvamos a la rutina dentro de unas semanas y las cosas sigan como están y tengamos que esperar otro año para otro posible empujón.

No solo se trata de mejorar las condiciones de trabajo de un colectivo para que nos beneficiemos todos, se trata de responsabilidad, de tomarse las cosas en serio, de hacer las cosas bien, de ser considerados, de estar a la altura, de poner el foco donde hay que ponerlo y de ser conscientes de que la mercantilización tiene un limite y cada vez nos acercamos más a él.

La cultura, el conocimiento, el arte, la música, no solo son necesarios sino que son parte de nosotros, si lo dejamos todo en manos del entretenimiento y los criterios comerciales… creo que ya saben lo que pasa. Si solo nos preocupamos de lo de fuera y perdemos el equilibrio con todo lo demás la cosa se viene abajo. Hay muchos ejemplos, creo que saben de lo que les hablo.

Pero tampoco piensen que se va a acabar el mundo sino hacemos nada, sino nos preocupamos por la cultura, por la música, no. No vamos a pasar a hablar con frases de 140 caracteres o a olvidarnos de quién era Aristóteles, Platón o Galileo, o Louis amstrong, Charlie Patton o Bach, ni siquiera se van a cerrar las bibliotecas sino hacemos nada, ni perderemos cociente intelectual, no. La muestra es la salud de nuestra escena musical de Jazz que mencionaba más arriba, no solo sin ayudas sino ademas con trabas, IVA, cierres de locales, ZPAE, ausencia de cachés, etc… hemos llegado a una escena destacada. Siempre hay mierda pero se puede salir.

Lo que realmente preocupa de verdad es que viendo la mierda, siendo consciente de que está ahí, de lo que huele y a lo que da lugar, sigamos comiéndonosla. Porque nos la estamos comiendo. (Perdón, pero creo que me quedo corto). Si seguimos sin reconocer a los músicos, sin fomentar espacios para tocar, sin apoyar la música en las escuelas, en los barrios, desde las instituciones, etc. Si seguimos desatendiendo esa oportunidad para crecer y enriquecernos, si no lo cuidamos, simplemente lo iremos perdiendo, nos iremos separando de ello y emergerán otras cosas, seremos unos necios (que ya lo somos). Echen cuentas pero dejarse llevar no suele ser una buena idea, o no en este caso en el que las fuerzas no están equilibradas.

Así que ahí está, lo tenemos delante, hay para todos. Unos porque deciden, o no, pagar por ver lo que van a ver, sea lo que sea. Otras porque no les queda más remedio que tocar/trabajar en condiciones infames. También los hay que no contratan, ni aseguran y cobran entrada como si lo hubieran hecho. Los que gestionan las gestiones de los gestores y se lo llevan muerto. Los que se gastan el presupuesto de las fiestas en… (piensen algo rocambolesco y seguro que se quedan cortos) y contratan discotecas móviles. Los que hacen oídos sordos a la cultura y no solo no la fomentan y promueven sino que la evitan. Hay de todo, como en botica, así que elijan su lugar y aporten porque es para todos.

alhambrajazzmadridNo se si explicar esto, me van a perdonar pero lo voy a hacer. La música es cultura, no es un cliché, en serio.

Desde el nivel «andar por casa» que en mi caso fueron las cintas de cassette, empezaron a sonar canciones que me engancharon, de diferentes estilos (más cercanos al rock que al jazz, aunque hablamos de lo mismo, a eso voy). Luego vinieron nuevos grupos y un día descubres la conexión entre un estilo y otro, te encuentras con una corriente musical que tiene que ver con otros músicos de los que no sabes absolutamente nada. Y cuando te acercas a ellos se vuele a abrir otra puerta y te enteras de que incluso algún escritor esta relacionado con ese estilo de música, esa corriente. Y ese escritor forma parte de otro movimiento literario que a su vez conecta con el mundo del cine y de la poesía y con determinados movimientos sociales que se convierten en acontecimientos históricos. Y un día cualquiera llega alguien y te dice, «tio léete esto». Y entonces por momentos parece como si estuvieras viendo tu casa desde Google Earth y, en función de lo que subas o bajes el zoom, se pueden ver esas conexiones, esos cruces de caminos maravillosos con la literatura, la poesía, la historia, la antropología, la psicología, la política, la filosofía e incluso la ciencia y la espiritualidad. Aunque realmente no se trata conexiones se trata de la misma cosa.

Estarán pensando que se me ha ido de las manos, que: «¿cuál es la conexión entre Taburete y la ciencia o la filosofía?». Pues efectivamente ninguna. Pero no se olviden de que depende de cada uno/a hasta donde quiere tirar del hilo. Yo les aseguro que hay ovillo y uno de los grandes detrás de la música. El Pop o Pop-Rock es maravilloso, tengamos la fiesta en paz, y también tiene su recorrido dentro de la historia de nuestro país, y muy interesante por cierto, y sus conexiones correspondientes. Y sino que se lo pregunten a Radio Futura o a Santiago Auserón. Las cosas se pueden hacer de muchas maneras.

Elijan su lugar.

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Sobre el autor

Dani

Sociólogo, con cierta afinidad por la tecnología, usuario de software libre y amante de la música, la cultura y las buenas relaciones sociales. A veces me llaman lanide.

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