
El OFF de La Latina y el Festival de Jazz de Madrid 2014
A propósito del reciente proyecto ubicado en La Latina (El OFF de La Latina) tenia pensado, no solo subrayar sus maneras y su apuesta, sino opinar sobre un pequeño contraste de enfoque en el circulo del Jazz nacional que creo que enlaza perfectamente.
Pero no puedo resistirme a mencionar la trigésima edición del Festival de Jazz de Madrid. Parece ser que lo presentó Ana Botella (me niego a leer nada al respecto)
En cuanto al evento en si, solo puedo alegrarme pero… algunos peros. Queda una semana y media y aún no se han puesto las entradas a la venta, la web debe llevar un par de días funcionando, como mucho, y la difusión queda lejos de un Festival de este calibre. También es cierto que las expectativas eran pobres y mejor que el año pasado seguro que sale.
Da la sensación de que quedan flecos sueltos aún pero, ahí lo tenemos, en Conde Duque cómo centro de operaciones y con el Ciclo Jazz con Sabor a Club (LNEV), además de charlas, cine y el proyecto Música en Vena.
El OFF participa en este festival en el ciclo de Jazz con Sabor a Club con nombres como JOSEMI CARMONA Y JAVIER COLINA, JUAN JOSÉ SUÁREZ ‘PAQUETE’ Y PABLO M. CAMINERO, RYCARDO MORENO Y LEBRIJA SOUND PROYECT o SANDRA CARRASCO.
Mantienen la esencia y la experiencia de «la cueva» y apuestan fuerte. En los meses de vida que suman han puesto encima de la mesa la Asociación de Flamenco Jazz, un Ciclo jazz contemporaneo Noruego, otro de Autores de Flamenco Jazz, su presencia en el Festival de Jazz de Madrid y un futuro Festival de Flamenco Jazz.
Y de Flamenco Jazz va la controversia, cito textualmente: «…no todo el jazz en España es de filiación flamenca».
Tiene toda la pinta de que esta conclusión, derivada del reciente Festival JazzEÑE (organizado por la Fundacion SGAE), tiene más miga de lo que parece. Nadie afirmaría tal cosa sino pensara que el Jazz de filiación flamenca fuese una corriente más como lo puede ser el swing, el manouche o el free. Desconozco qué intención hay detrás de esta opinión pero no creo que la presencia o notoriedad del Flamenco Jazz sea algo contra lo que arremeter. Y si lo es, cómo en este caso, será porque el foco no está donde tiene que estar.
Y no solo porque sería inútil entrar a discutir sobre si hay mucho o poco de este género o se le da más o menos importancia, sino porque parece que hay cosas mucho más importantes por las que preocuparse. O eso creo yo, que aunque es cierto que no tengo la más mínima autoridad, puede que algo de sentido común me quede.
Si Javier Colina, Chano Dominguez o Jorge Pardo (por citar a algunos) están estrechamente ligados al Flamenco Jazz parece lógico pensar que surja un impulso en esta línea. Lo que me parece retorcido e inútil es plantear una división entre unos y otros porque de lo que se trata es de potenciar una escena en la que tenemos un potencial que se está desperdiciando y de abrir una vía nueva de difusión del Jazz (o las que hagan falta), aunque venga de la mano de otro estilo, que siempre suma, nunca divide.
¿Cuánta gente se habrá «sentido obligada» a escuchar Jazz después de escuchar o ver la colaboración de Enrique Morente y Pat Metheny? ¿O cuándo te enteraste de que Wynton marsalis se interesó por el trabajo de Chano Dominguez y pudiste verlos juntos en un escenario? ¿Bebo y el Cigala?¿Pedro Iturralde? ¿Ariadna Castellanos?
Volviendo a lo que dice el título de lo que están leyendo, hay demasiadas cosas en OFF en esta ciudad.
Situado en la calle Mancebos a escasos metros de la plaza de la Paja y la de Carros, no solo cuentan con una sala para el Jazz sino que también apuestan por el teatro con dos espacios habilitados para ello.
Solo queda pasarse a tomar algo por allí y comprobar si merece o no merece la pena la apuesta, la de la música, el teatro y la cultura.